Esqueletos bailarines de Simbu (Papúa Nueva Guinea)
Localización: Provincia de Simbu (Papúa Nueva Guinea)
Es considerada una de las diez tribus más extrañas del mundo.
Pueden parecer de confianza, pero los bailes de esqueletos de la tribu surgieron para intimidar a las tribus enemigas en un país muy disputado y territorial. Se encuentran tan apartados que poco se sabe de su vida, pero parece que viven en un clima templado en los valles de las toscas montañas, a una altura de entre 1.600 y 2.400 m., en casas separadas según género (hombres y mujeres) pero con la creación de familias en aumento.
Perspectivas de futuro: El lento aumento del turismo ha hecho que los bailes comiencen a hacerse como espectáculo hecho por personas integradas a la sociedad más que por personas alejadas de la misma.
Una sociedad tradicional, en el campo de la sociología, es una sociedad que se basa en las reglas y costumbres fijadas en el pasado y que, por lo tanto, tiene un gran respeto por la tradición y las formas de comportarse que esta dicta. Este tipo de sociedad humana se caracteriza por la importancia de la familia y los roles sociales tradicionales.
Estos roles son, por ejemplo ,aquellos marcados por la edad, el estatus y el género de las personas. Las sociedades tradicionales se comparan frecuentemente con las sociedades modernas e industriales. En muchos sentidos, ambos tipos de organizaciones sociales presentan características totalmente opuestas.
Por ejemplo, en las sociedades tradicionales se le daba mayor importancia a la comunidad, mientras que en las modernas se pone más énfasis en la sociedad en su conjunto. Las sociedades tradicionales fueron la forma predominante de organizar las comunidades hasta la llegada de la Ilustración.
Este movimiento cuestionó por primera vez en Occidente las tradiciones, y se centró en promover otros valores como la igualdad, el progreso o el conocimi
Características de una sociedad tradicional
A pesar de que cada una presenta algunas peculiaridades, la mayoría de sociedades tradicionales comparte una serie de características comunes. Las más importantes son las siguientes:
Importancia de las tradiciones
Una sociedad tradicional está basada en la idea de que la mejor forma de enfrentarse a los problemas típicos de una sociedad es mediante el uso de tradiciones y normas que han sido comprobadas a lo largo del tiempo. Por ello, la población de estas sociedades se resiste a cualquier tipo de innovación.
En las sociedades tradicionales, instituciones como las religiones organizadas son las principales encargadas de dictar los códigos de conducta de los ciudadanos.
Mayor importancia de la familia y las comunidades pequeñas
Hoy en día la mayoría de las sociedades modernas comparte unos valores universales, como la libertad, la igualdad o la justicia.
Sin embargo, en las sociedades tradicionales los valores predominantes se centraban más en la familia, la tradición y la protección de la propia comunidad.
Por ello, los pobladores de estas sociedades solían estar muy poco abiertos a los extraños, y las relaciones con “forasteros” estaban muy mal vistas y penadas socialmente.
Dificultad para modificar el estatus social
Debido a la importancia de las tradiciones y a la inamovilidad de las formas de vida, una persona no podía cambiar su propio estatus social de forma sencilla.
En general, la posición dentro de la sociedad de una persona se adquiría en el nacimiento, y salvo excepciones como matrimonios, no se podía modificar.
Predominio de la agricultura
Debido a la falta de avances tecnológicos, las sociedades tradicionales se organizaban en torno a la agricultura y la naturaleza.
Esto se podía comprobar en sus creencias, tradiciones, y formas de comportarse. Por ejemplo, las actividades de los pueblos se organizaban en torno a los ciclos de la cosecha.
Poca movilidad entre comunidades
Debido a la desconfianza hacia los extranjeros, y el requerimiento de toda la mano de obra posible para mantener una sociedad tradicional, era muy difícil para un individuo abandonar su comunidad y desplazarse a otra.
De esta manera, el intercambio de ideas y conocimientos era escaso y complicado de conseguir.
Distanciamiento entre la población y el gobierno
En una sociedad tradicional, la población tenía muy poco o ningún poder sobre la forma en la que era gobernada. Las personas en el poder operaban independientemente de sus ciudadanos, y ejercer presión para cambiar las cosas era algo impensable.
Falta de educación entre la población
Debido a todas las características anteriores, la mayoría de la población en una sociedad tradicional no tenía acceso a un gran número de conocimientos.
Entre otras cosas, la mayoría de los habitantes de estas comunidades eran analfabetos; esto era debido a que se le otorgaba mucha mayor importancia al trabajo manual que a los conocimientos teóricos.
Tipos
A lo largo de la historia han ido apareciendo distintos tipos de sociedades, cada una con unas características concretas. Dentro de las sociedades tradicionales, podemos distinguir principalmente dos tipos:
Sociedades tribales
La organización de la población se hacía en torno a pequeñas tribus nómadas que vivían de la caza, la pesca y la recolección.
El sentimiento de unión entre los miembros de la tribu era muy fuerte, por lo que en muchas ocasiones los individuos se sacrificaban por el bien común. Algunas veces ni siquiera existía el concepto de paternidad, por lo que no existía la agrupación familiar.
Sociedades agrarias
Cuando las técnicas de la agricultura empezaron a expandirse, las tribus se asentaron en un lugar fijo y formaron comunidades cada vez mayores.
Dentro de estas comunidades surgió la necesidad de protección frente a otros poblados, por lo que surgió un grupo social: la nobleza. Esta se encargaba de la seguridad a cambio de vasallaje.
En general, cuando hablamos de sociedad tradicional nos referimos a las sociedades agrarias, también conocidas como feudales.
En plenas vacaciones de verano, de nuevo millones de españoles se han desplazado al lugar elegido mientras otro numeroso colectivo, el de nuestros mayores, experimenta de manera más profunda su particular sentimiento de soledad y aislamiento.
El colectivo ‘Combatir la soledad de los mayores’ presenta una síntesis de la encuesta Aislamiento de vida de relación de los mayores, en la que constata que la proporción de personas que viven solas es tres veces superior a la que había en 1962, debido a la disminución de las cohabitaciones generacionales.
También se asegura en el estudio que, al hecho de tener una edad avanzada, haber perdido a un ser querido (cónyuge) y padecer problemas de salud, las personas mayores padecen en un gran porcentaje un sentimiento desoledad que es debido, en buena medida, a cuatro factores: falta de autoestima; no poder contar con nadie en caso de necesidad; alejamiento de la familia; y bajo nivel de recursos económicos.
Al mismo tiempo, desde el estudio se plantean siete estrategias y propuestas para combatir el aislamiento y la soledad: tener en cuenta la diversidad de soledades; pasar de “hacer por” a “hacer con”; reforzar la coordinación a nivel individual; fomentar las relaciones de vecindad; reforzar el capital social; promover el intercambio intergeneracional; y conservar el acceso a un sistema educativo.
Uno de los pueblos que ha sabido reinventarse es éste, enclavado en un espacio en el que las vistas son espectaculares, y la naturaleza deja un paisaje digno de postal.
Ante el incesante descenso de la población durante los últimos años, la Asociación de Veciños puso en marcha hace aproximadamente un par de años, un proyecto para atraer personas a su pueblo.
Consistía en ofrecer a todo aquel dispuesto a cambiar el ajetreo de las grandes ciudades, por la calma de un pueblo rural, unalquiler de unos 100 euros por vivienda.
De 176 casas que había en la zona, tan solo 50 estaban habitadas, aunque tuvo tanto éxito esta iniciativa, que el pueblo ha sido totalmente repoblado en poco tiempo.
Vilariño de Conso (Orense)
Este pueblo se vio obligado a poner en marcha un pan de repoblación por el peligro real que existía de perder la escuela que había.
Más de 2.000 eran los habitantes que habían llegado a disfrutar de una tranquila vida aquí, y la cosa cambió tanto, que hace pocos años sólo había unos 15 niños en todo el pueblo. La problemática residía en que la Xunta exigía un mínimo de 20 niños para mantener su centro educativo.
Se les ocurrió ofrecer alquileres bajos en las casas que estaban vacías y que eran de propiedad municipal a familias con niños en edad escolar, y trabajo a los adultos en las huertas de los propios habitantes.
Voy a hablar sobre las zonas menos pobladas de España:
El 56% de los municipios del país ha visto menguar su censo en la última decada. La zona más afectada, Guadalajara: con solo 1,63 habitantes por kilómetro cuadrado, la comarca de Molina de Aragón cuenta con una densidad de población inferior a la de Laponia
Con un crecimiento vegetativo cada vez más escaso, son los pueblos españoles los que notan de forma más acusada el envejecimiento de la población: por un lado, las nuevas generaciones marchan a las ciudades en busca de nuevas oportunidades de empleo, quedando allí los más mayores que poco a poco pasan a mejor vida. Por otro, la marcha de esos jóvenes impide la renovación del censo, que acaba por desparecer. Durante la última década, el 56% de los municipios del país ha visto menguar su población. La zona más perjudicada, Guadalajara: la comarca de Molina de Aragón, conocida como la «Siberia española», cuenta con una densidad de población de solo 1,63 habitantes por kilómetro cuadrado, inferior incluso a la de la gélida Laponia. No es la única que sufre el desgaste del nulo relevo generacional. Estos son los algunos de los municipios más despoblados de España:
1. Sos del Rey Católico (Zaragoza), la «cuna de España» a menos
En las históricas Cinco Villas se encuentra otro de los muchos ejemplos de municipios heridos por los drásticos declives demográficos. Un caso relevante es el de Sos del Rey Católico, un referente en la historia de España. En 1452, la reina Juana Enríquez huyó de las luchas en las que estaba sumido el vecino territorio navarro para dar a luz en Sos -en un ambiente más seguro y en suelo aragonés- al que se convertiría en rey Fernando El Católico.
En la actualidad, el vigor turístico de esta localidad con flamante casco urbano medieval contrasta con su adelgazado padrón de habitantes: en el año 1900 vivían en Sos 3.600 personas; hoy rondan los 650 empadronados. También escasean los niños: solo el 6% de su población tiene menos de diez años de edad, frente al 30% que superan los 65 años.
Aunque se cuenta entre los municipios que aún están por encima de los 500 habitantes, a Sos le hace falta un revulsivo de la natalidad, como a la mayoría de pueblos aragoneses. Todo esto en una región que, hoy por hoy, anda en números rojos porque se mueren más de los que nacen. En 2014 fallecieron 6.883 personas en Aragón, frente a las 4.412 que nacieron. Los demógrafos del Instituto Aragonés de Estadística auguran un declive demográfico acentuado para los próximos años. Calculan que dentro de un decenio, la región tendrá 33.000 habitantes menos que ahora y, además, su censo estará más envejecido, con una cuarta parte de la población por encima de los 65 años de edad y solo un 13% menor de 15 años. Informa Roberto Pérez.
2. Plan (Huesca): la «caravana de mujeres» que amortiguó el declive
Plan, en la provincia de Huesca, es uno entre las decenas de municipios aragoneses que dan fe de la amarga despoblación. Situado en la comarca del Sobrarbe, a poco más de una hora de Barbastro por carretera, hace décadas que Plan siente de lleno la inquietud por su futuro vital. Con una población cada vez más mayor, escasez de matrimonios y de nacimientos, en 1985 este pequeño municipio del Pirineo aragonés se embarcó en la 'caravana de mujeres' que le dio notoriedad mediática dentro y fuera de España. De aquella iniciativa acabaron cuajando noviazgos que, en varios casos, se sustanciaron en matrimonios y en un repunte de la natalidad.
El alcalde de Plan, José Serveto, de 29 años, afirma que aquello fue un analgésico temporal para la delicada demografía del pueblo. Pero advierte que es imprescindible que los poderes públicos presten más atención a las áreas rurales para dotarlas de un futuro que, a su juicio, pasa inexorablemente por mejorar las infraestructuras, las condiciones de vida y, sobre todo, el empleo. Oportunidades de trabajo que fijen población.
En el año 1900, Plan sumaba más de 1.100 habitantes. Ahora son apenas 300, y solo 150 viven en Plan durante todo el año. Pese a ello, el término municipal no es de los que peor están porque -explica el joven alcalde- cuentan con una veintena de vecinos que tienen menos de 15 años. Eso sí, el panorama a futuro sigue siendo oscuro, y el declive del pasado -incluso del más reciente- lo atestigua: «Se han cerrado muchas casas porque se ha ido muriendo la gente y quedamos menos viviendo en el pueblo; la escuela ha ido a menos; la tercera parte del vecindario que habita en Plan de forma permanente tiene más de 65 años; y durante las últimas décadas se ha seguido perdiendo gente joven que ha emigrado: de mis años quedamos menos de la mitad de los que éramos de niños». Informa Roberto Pérez.
3. Sariña (Lugo), una aldea de cinco habitantes
En la orilla del Miño, Esther Teixeiro y Avelino García viven con solo tres vecinos más en una aldea de la que varias viviendas quedaron sumergidas bajo el embalse de Os Peares en 1955. «En cada casa había 7 u 8 personas y ahora estamos solos. Éramos unos ochenta y hemos quedado cinco», relata en su taller de cestería uno de los últimos supervivientes de este arte en la Ribeira Sacra, donde sobrevive viudo con 87 años y muy buen humor. En A Sariña, esta parroquia del municipio lucense de Chantada, ven cómo todos se marchan. «Aunque no sé dónde porque trabajo no hay mucho», comenta Esther, de 79 y cuyo marido acaba de sufrir un ictus: «Los viejos morimos y la gente joven no viene. La vida aquí es muy esclava. Los políticos miran a veces por tantas cosas inútiles... Tenían que mirar por esto».
La suya es una historia habitual en el noroeste español. Municipios como Parada de Sil es casi imposible que algún día vuelvan a índices demográficos normalizados. El indicador que mide cuándo existe un problema de envejecimiento sitúa esta cifra en el número 100. Este concello orensano lo multiplica por trece y la empresa que más empleo genera es la residencia de ancianos. Informan A. Coco y P. Abet.
Tomando como ejemplo el modelo cíclico de la naturaleza, la economía circular se presenta como un sistema de aprovechamiento de recursos donde prima la reducción de los elementos: minimizar la producción al mínimo indispensable, y cuando sea necesario hacer uso del producto, apostar por la reutilización de los elementos que por sus propiedades no pueden volver al medio ambiente.
Es decir, la economía circular aboga por utilizar la mayor parte de materiales biodegradables posibles en la fabricación de bienes de consumo –nutrientes biológicos- para que éstos puedan volver a la naturaleza sin causar daños medioambientales al agotar su vida útil. En los casos que no sea posible utilizar materiales eco-friendly –nutrientes técnicos: componentes electrónicos, metálicos, baterías…- el objetivo será facilitar un desacople sencillo para darle una nueva vida reincorporándolos al ciclo de producción y componer una nueva pieza. Cuando no sea posible, se reciclará de una manera respetuosa con el medio ambiente.
Ventajoso para usuarios y empresas.
A diferencia de otros modelos económicos donde prima el aspecto económico por encima del social o medioambiental, la economía circular supone una sustancial mejora común tanto para las empresas como para para los consumidores. Las empresas que han puesto en práctica este sistema están comprobando que reutilizar los recursos resulta mucho más rentable que crearlos desde cero. Como consecuencia, los precios de producción se reducen, de manera que el precio de venta también se ve rebajado, beneficiando así al consumidor; no sólo en lo económico, sino también en la vertiente social y medioambiental.
Principios
Hay diez rasgos configuradores que definen cómo debe funcionar la economía circular:
El residuo se convierte en recurso: es la principal característica. Todo el material biodegradable vuelve a la naturaleza y el que no es biodegradable se reutiliza.
El segundo uso: reintroducir en el circuito económico aquellos productos que ya no corresponden a las necesidades iniciales de los consumidores.
La reutilización: reusar ciertos residuos o ciertas partes de los mismos, que todavía pueden funcionar para la elaboración de nuevos productos.
La reparación: encontrar una segunda vida a los productos estropeados.
El reciclaje: utilizar los materiales que se encuentran en los residuos.
La valorización: aprovechar energéticamente los residuos que no se pueden reciclar.
Economía de la funcionalidad: la economía circular propone eliminar la venta de productos en muchos casos para implantar un sistema de alquiler de bienes. Cuando el producto termina su función principal, vuelve a la empresa, que lo desmontará para reutilizar sus piezas válidas.
Energía de fuentes renovables: eliminación de los combustibles fósiles para producir el producto, reutilizar y reciclar.
La eco-concepción: considera los impactos medioambientales a lo largo del ciclo de vida de un producto y los integra desde su concepción.
La ecología industrial y territorial: establecimiento de un modo de organización industrial en un mismo territorio caracterizado por una gestión optimizada de los stocks y de los flujos de materiales, energía y servicios.
Acostúmbrate a leer las etiquetas de los productos para detectar el azúcar oculto. La OMS recomienda que el azúcar sea inferior al 10% del valor calórico total de tu dieta. El consumo actual está muy por encima, entre un 16-36%.
Cuando un producto contiene más de un 15% de azúcar, es decir más de 15 g en cada 100 g de producto, aléjate de él, es demasiado azúcar para tu organismo.
En los último años ha aumentado el consumo de alimentos con el apellido “cero por ciento”, “light” , “bajo en…” o “sin”, ya que el sentimiento de culpabilidad es menor que si nos comemos a su hermano “con”. Pero debes tener cuidado, que no es oro todo lo que reluce y existe mucho azúcar oculto. Los alimentos bajos en grasas tienen un mayor contenido en azúcar o edulcorantes, con nombres menos conocidos para que pasen desapercibidos al consumidor: jarabe de maíz, dextrosa, fructosa, sacarosa, glucosa, miel de caña, maltosa, sorbitol, xilitol, sucralosa, siropes…
Esto es un problema tanto si quieres mantener la báscula a raya como si tienes tendencia a que te suba el colesterol o el azúcar en sangre, o sufres alguna patología de base inflamatoria, cuya evolución empeora cuando no se regula el nivel de azúcar en sangre (cáncer, cardiovasculares, artrosis, artritis, depresión, migrañas, alergias crónicas, psoriasis, diabetes, asma, depresión, hiperactividad infantil, Alzheimer, Parkinson, etc).
Light
Alimentos que tienen como mínimo un 30% menos de calorías con respecto al producto original. Esto se consigue reduciendo las hidratos de carbono (azúcares), que son sustituidos por edulcorantes artificiales que por su sabor dulce, provocan una respuesta similar en tu cerebro y pácreas a la que produce el azúcar: se activa la insulina y aumenta el apetito y la acumulación de grasa corporal. Otros productos light se consiguen sustituyendo un tipo de grasa por otra de menor aporte calórico. Como la grasa es el vehículo para el sabor del alimento, los productos bajos en grasa se “rellenan” con más azúcar o edulcorantes para que el consumidor los acepte mejor.
Bajos en calorías
Contienen menos de 40 calorías por 100 g de alimento sólido o menos de 20 calorías por 100 g de alimento líquido.
0% o sin azúcar añadido
No contienen más de 0,5 g de azúcar en 100 g de alimento. Cómo ves el 0% nunca es real, siempre tiene azúcar oculto. Sin azúcar añadido no significa que no tengan azúcar de manera natural, en ocasiones aportan glucosa que es uno de los componentes de la sacarosa o azúcar común; en otros casos contienen otros azúcares (fructosa, lactosa, galactosa…) o edulcorantes que activan la producción de insulina el aumento de grasa corporal y la inflamación. Las personas con alergia a la fructosa o cualquiera de estos azúcares, deben tener especial cuidado con el azúcar oculto en productos 0%.
Bajo contenido en azúcares
Son los que contienen menos de 5 g de azúcar en 100 g de alimento solido o 2,5 g por 100 g de producto líquido. CONSUMO DE AGUA OCULTO
La cantidad de agua que se usa día a día es elevada. Se usa agua para beber, para la ducha, para lavar ropa y vajilla; pero también se consume agua en la producción de alimentos, papel, ropa, industria, etc. que a veces se ignora que han participado en el proceso. Pocas personas son conscientes del uso directa o indirectamente que va entre 2000 y 5000 litros de agua por día. Esto se da porque las plantas convierten gran cantidad de agua en vapor de agua durante el crecimiento y producción del alimento.
La Huella hídrica o Huella de agua es un indicador que incluye el consumo de agua directo e indirecto de un consumidor o productor, comunidad o empresa y está definida como el volumen total de agua que necesita para producir los productos y servicios consumidos por los mismos. El uso del agua se mide en volumen de agua consumida (o evaporada) y/o contaminada por unidad de tiempo. La huella de agua es un indicador geográfico explícito, que no solo muestra volúmenes de uso y contaminación de agua, sino también los lugares. La huella hídrica de un país (o industria, o persona) se define como el volumen de agua necesaria para la producción de los productos y servicios consumidos por los habitantes de dicho país (o industria, o persona).
Por otra parte, la huella hídrica no sólo es un indicador para orientar el consumo, sino también un instrumento de análisis político a considerar en países con problemas de escasez de agua. Según el informe “Water footprints of nations”, elaborado por la UNESCO, el comercio internacional de agua (en forma de productos alimentarios o industriales) puede ser una solución muy válida para paliar los efectos de la sequía en determinados países, donde el cultivo de alimentos básicos requiere de sistemas de riego muy costosos en términos hídricos y muy poco rentables en términos económicos.
Para medir el impacto en las reservas de agua mundiales, se ha creado el concepto de Huella Hídrica de las naciones, un instrumento que permite saber cuánta agua estamos gastando, y racionalizar su uso frente a futuras crisis mundiales de agua.
Huella hídrica en España
El consumo de agua en los hogares es muy poco representativo: tan sólo supone el 5% del gasto, frente al 80% de la agricultura y el 15% de la industria. Según el informe de la UNESCO elaborado en 2004, España es el tercer país con la huella hídrica más elevada por habitante y año. Con una media de 2.325 metros cúbicos al año, alrededor del 36% de esta huella hídrica se origina fuera de España, sólo por detrás de Estados Unidos con 2.483 m3, e Italia con 2.332. En términos absolutos, la huella hídrica total española es de 93,98 Kilómetros cúbicos/año, por encima de la media mundial fijada en 74,52.
España ha sido uno de los primeros países del mundo en introducir la huella hídrica como indicador en los planes de las cuencas hidrográficas. Y esto proporciona resultados llamativos. Así ocurre con la Cuenca del Guadalquivir, donde, como explica la investigadora Aldaya, el 82% de la huella hídrica corresponde a cultivos con una productividad muy baja de menos de 0,4 euros por m3 de agua. O con la del Guadiana, donde en el Alto Guadiana se emplean enormes cantidades de agua en cultivos de bajo valor económico, como los cereales, habiendo otros que aportan más con menos agua (como el viñedo o el olivar). O del entorno de Donaña, donde, como indican estos investigadores, la agricultura consume ya desde hace tiempo parte del agua que se calcula que necesita la naturaleza del espacio natural.
España importa muchísima agua en forma de cereales y piensos, fundamentalmente para alimentar al ganado, que la que exporta en forma de frutas y hortalizas. Sin este “comercio de agua virtual” , los españoles sólo podrían comer como máximo la mitad de carne que consumen actualmente.