Por detrás de los rascacielos, a veces inmediatamente después, otras veces a kilómetros de distancia, siempre encontramos una barriada en la que la pobreza lo envuelve todo. Puede ser un barrio de 5.000 personas, o una favela de más de 100.000 habitantes. En cada lugar se los denomina de una forma:slums en el mundo anglosajón, favelas en Brasil, villas miseria en Argentina… Es la realidad de los asentamientos informales, de los barrios de chabolas levantados a partir de materiales desechados: trozos de metal, bidones, madera, plásticos, cajas, cartones… etc.
Esta realidad puede verse en prácticamente todas las grandes urbes del mundo subdesarrollado (Nairobi, Lagos…) y en las del mundo en desarrollo (Buenos Aires, Rio de Janeiro…). Pero también encontramos ejemplos en metrópolis del Primer Mundo (chabolas en Madrid, bidonvilles en Lyon…).
Como podemos ver, en Brasil, México, Argentina, India, China, Bangladesh, Nigeria, Malasia… etc, existen importantes porcentajes de población que reside en asentamientos informales (slums, favelas). Esto nos demuestra que, aunque son países que se incluyen en listas tan selectas como la de los BRIC o en los N-11, realmente tienen mucho que mejorar en el apartado de población.
Puede que los apartados de economía y de aumento-de-la-riqueza-de-unos-pocos los hayan cumplido con creces, pero han dejado de lado a millones de personas que se han quedado malviviendo en largas extensiones de chabolas, sin luz ni gas, ni agua corriente, ni seguridad, ni trabajo, ni dignidad… ni futuro.
El caso más llamativo es el de Brasil, un país llamado al éxito desde que se incluyera dentro de los BRIC, las economías que iban a liderar el mundo en el futuro. Brasil es el país en el que podemos encontrar extremos asombrosos. Se organizan unos Juegos Olímpicos y unos Mundiales de Fútbol, con todo el gasto que conlleva la planificación y elaboración de dichos proyectos, y al mismo tiempo encontramos datos tan escalofriantes como los siguientes:
Lo más llamativo del caso de las favelas es que en ocasiones ni siquiera se intenta disimular la gran desigualdad que existe en estos países. Como hemos repetido, son países que actualmente están dando el paso del mundo subdesarrollado al desarrollado. Se están levantando rascacielos, distritos financieros, están apareciendo millonarios son países que están viendo cómo su PIB crece cada año… pero al mismo tiempo están permitiendo (quizás porque les conviene), que una gran parte de la población se quede estancada en la miseria. Se está abriendo una importante brecha entre clases en estos países.
Decimos que ni siquiera disimulan las desigualdades porque, como se observa en la siguiente fotografía de Sao Paulo, en ocasiones la realidad es tan cruel que permite que en apenas metros se pase de un barrio de rascacielos a una favela. En un paso se puede cambiar de cara de la moneda. Por un lado el progreso y la modernidad del sistema capitalista, que permite tener centros comerciales, tiendas y rascacielos, y por otro lado el precio de esos lujos: una parte de la sociedad tiene que renunciar a ellos. La gente de esas favelas nunca entrará en un centro comercial a hacer shopping.
Pero no solo en Brasil es un drama el de las favelas. En otros países las grandes ciudades arrastran el mismo fallo de organización urbana. En los barrios marginales de México el problema se agrava con la violencia, en los slums de Bangladesh se añade la problemática de las inundaciones, en Sudán el 90% de la población se encuentra en asentamientos irregulares… etc. Por todo el Tercer Mundo y en los países en desarrollo encontramos la problemática de las grandes ciudades. En un intento de imitar el modelo, las grandes ciudades han aparecido en el mundo de forma rapidísima.
El crecimiento de las ciudades en el mundo en vías de desarrollo es impresionante. En 1950 Bombay tenía tres millones de habitantes, y en 2010 alrededor de 18 millones. Sao Paulo ha pasado de tener dos millones de habitantes en 1950 a más de 15 millones en 2010. Pero el caso más asombroso lo encontramos una vez más en África. La ciudad de Lagos tenía en 1950 280.000 habitantes y hoy en día tiene 17.000.000. La llegada de la población a las ciudades en el Tercer Mundo ha sido tan rápida como negativa para los países. No hay capacidad para atender a tanta gente en una misma ciudad. De esta manera han proliferado los slums en el Tercer Mundo. Ahora ya no se muere uno de hambre en el pueblo, ahora se muere en las calles de una ciudad. En 2008, por primera vez en la Historia de la Humanidad, había en el Planeta más población viviendo en ciudades que en el mundo rural.
No hay comentarios:
Publicar un comentario